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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Con 25 años de edad y dos premios de Jugador Más Valioso, Mike Trout es el mejor pelotero de la actualidad de Grandes Ligas y la organización comienza a preguntarse si es mejor dejarlo ir y conseguir talento que reconstruya el futuro de la franquicia o seguir apostando al presente.
En el invierno, los Angels se encargaron de hacer el mayor ruido en cuanto a contrataciones al lograr que Shohei Ohtani firmara con ellos. Pero por ahora, el Babe Ruth japonés —pitchea y batea— es un dolor de cabeza para el equipo; su nivel durante la pretemporada está tan lejos de Grandes Ligas como Japón de Estados Unidos.
Se suponía que Ohtani sería un sólido abridor con opciones de tomar el rol de bateador designado, pero la realidad para el japonés está más en Salt Lake, Utah, donde juega la sucursal Triple A.
Los Angels lideraron las Grandes Ligas en bases robadas la temporada pasada, pero estuvieron en el tercio inferior de todas las demás categorías estadísticas.
Una serie de decisiones costosas en el mercado de agentes libres ha dejado a los Angels con el sistema de granja más débil de todas las Mayores y con obligaciones financieras de más de 20 millones en el contrato que otorgaron a Josh Hamilton y 137 mdd que se le deben pagar en los siguientes cinco temporadas a Albert Pujols, que ya cuenta con 37 años de edad.
Pujols está lejos de ser el bateador temible de los Cardinals. Si hay alguien que atemorice en el lineup es Trout, quien la campaña pasada se perdió 39 duelos por un pulgar roto y conectó 33 jonrones.
Andrelton Simmons fue todo lo que los Angels esperaban a la defensiva el año pasado y mejoró en algo su bateo, con .281.
El primera base Ian Kinsler promedió en 2017 .236 de bateo —mínimo en su carrera— y, a los 35 años, no estaba yendo a ninguna parte en unos Tigers en reconstrucción. Sin embargo, podría rejuvenecerlo. A pesar del bajo promedio, Kinsler todavía conectó 22 jonrones y anotó 90 carreras. Para un primer bat con Mike Trout golpeando detrás de él, Kinsler puede ser una buena llave para Trout.
De 2002 a 2014, los Angels ganaron al menos 90 juegos en siete ocasiones, ganaron seis títulos divisionales, llegaron a la Serie de Campeonato de la Liga Americana tres veces y ganaron el único campeonato de la Serie Mundial de la franquicia en 2002.
Esta es una época muy diferente. Aunque Billy Eppler, desafiante, dice que los Angels “pretenden competir”, el camino al segundo lugar está pavimentado con buenas intenciones.
Los Angels han mejorado su profundidad de ligas menores, pero la mayoría de los prospectos aún es demasiado joven para contribuir en 2018.
La opción de cambiar a Trout por muchas futuras opciones estará latente. Si conservan al mejor jugador del beisbol, no hay mayor aspiración que el comodín.