En reiteradas ocasiones he comentado el inmenso cariño que me une a los Barroso y la figura de Don Luis , ahora en la Gloria, quién es una de las personas de las más me enorgullezco de ser su amigo, como de toda la familia quienes son amantes y promotores de la fiesta.

Por razones de salud no pude asistir el domingo 17 de octubre para ser testigo de lo que se suponía iba a ser un acontecimiento con tres toreros mexicanos que han logrado en el ruedo su prestigio, en Texcoco a la plaza Silverio Pérez.

Joselito Adame, José Mauricio y El Payo

con toros de Jaral de Peñas era para ir a la plaza que ahora maneja Marco Castilla hijo y pues reiteró los doctores mandan y a aguantarse las ganas.

Como en México la radio y a la televisión están ausentes pues acudí a amigos que quiero y respeto sus opiniones.

Los tres regresaron desangelados a sus casas y al preguntar el porqué, me dijeron Luis Ramón ; la presencia de los toros en general, para empezar era por debajo de las expectativas que auparon.

Fue un resbalón porqué normalmente Jaral de Peñas envía sus encierros muy bien presentados.

De los toreros me dijeron; si bien hubo quites y competencia en el capote el hecho es que nunca lograron prender la mecha.

Si bien el resultado escueto es que cada uno excepto El Payo por fallar con la suerte suprema se llevaron un trofeo. Entendimos entonces, porque la entrada fue un poco menos a la esperada en las condiciones de pandemia que vivimos, que limita el aforo.

Querer construir unos cimientos para sus carreras sobre bases falsas y en época de vacas flacas , me parece, es una apuesta muy arriesgada el creer que se puede edificar un mejor futuro para ellos y para el toreo.

Aprecio el esfuerzo que hace Marco Castilla y su familia porqué se la juegan en serio, pero eso fue lo que me dijeron gente seria y aunque hablo a través de terceras personas, me hago responsable de lo que escribo.

Así no puede ser y esto va para todos, México para su futuro taurino no puede, ni debería aceptar, mediocridades. Duele hablar así de personas que estimamos, pero no podemos tapar al sol con un dedo y me parece necesario reflexionar si es que es de verdad el que queremos cambiar o queremos estacionarnos en un pasado que ya no estaba teniendo eco en el tendido.

Y eso va para todos, si van a venir toreros extranjeros a exigir un toro disminuido, me parece que es hora de parar las concesiones que durante muchos años se han tomado con relación a lo que lidian y siendo así es preferible se queden de vacaciones en Europa.

Hoy el toreo necesita seriedad y respeto , acudo a quienes invierten pues sé que serán los más perjudicados, si es que aceptan condiciones nefastas, porque entonces los de aquí van a reclamar lo mismo.

Lo digo con un gran amor por la fiesta , que no les quepa duda.

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