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El simple hecho de asistir a unos Juegos Olímpicos implica mérito, porque se trata del evento que reúne a los mejores deportistas en el orbe, pero ganar una medalla (casi siempre, sin importar el metal) es el sueño de todos.
Lo que explica lo doloroso que suelen ser los cuartos lugares, esos que se quedan a un paso del podio, lo que ha sido una constante en la delegación mexicana que compite en la capital japonesa y demás subsedes.
Hasta ahora, se han logrado seis cuartos lugares
, lo que demuestra que esos atletas son de élite, aunque les queda el amargo sabor de saberse muy cerca de recibir ese trozo de metal que da acceso a la inmortalidad.
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Tres parejas de clavadistas
(Dolores Hernández-Carolina Mendoza, Diego Balleza-Kevin Berlín y Yahel Castillo-Juan Celaya), la Selección Femenil de softbol , el tirador Jorge Orozco y la gimnasta Alexa Moreno , se quedaron cerca de las preseas, lo que significa mérito, pero también dolor, frustración, porque la promesa de 10 preseas estaría muy cerca de cristalizarse, aunque sólo fuera con bronces.