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Hace casi una década, cuando el
designó a Tokio como sede de los Juegos para 2020, la ceremonia de este jueves (miércoles, tiempo de México) fue concebida como un colorido y multitudinario evento, pero el destino se empeñó en que fuera marcado por la seriedad.
Con varias interrogantes aún en torno al máximo evento deportivo en el orbe, se realizaron los primeros relevos de la antorcha que transporta al fuego que iluminará a los Juegos Olímpico y Paralímpicos , los más deslucidos en la historia.
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Las integrantes de la selección femenil de futbol japonesa fueron las encargadas de ser las primeras de los 10 mil relevos que llevarán el fuego olímpico por las 47 prefecturas niponas —durante 121 días—, recorrido que terminará el viernes 23 de julio, en el estadio Olímpico de Tokio .
Pero la fiesta resultó bastante deslucida, ya que a la ceremonia realizada en el Centro Nacional de Capacitación J-Village sólo acudieron 300 personas, quienes debieron someterse a estrictas medidas sanitarias. Son los Juegos Olímpicos de Tokio , de toda Asia, pero también los de la pandemia de Covid-19 .
No hubo vítores cuando el trayecto inició, apenas se distinguieron unos cuantos aplausos. La población de una ciudad que hace 10 años fue azotada por un devastador terremoto y tsunami debió conformarse con observar todo a través del televisor.
Aunque no existe una prohibición formal, las autoridades de Fukushima —y de todo Japón — solicitaron a la población no salir a las calles para presenciar el recorrido de la antorcha olímpica. En caso de salir, sugieren no gritar, sino aplaudir. Es por eso que uno de los momentos con mayor descarga emocional del ritual olímpico estuvo marcado por lo gris que ha dejado el coronavirus al panorama mundial.
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