Gabriela Agúndez

y vibraron a un lado de la fosa del Centro Acuático de los XXXII Juegos Olímpicos . No era para menos. Cuando la pareja japonesa se equivocó en su última ejecución, las chicas tricolores sabían que habían asegurado la medalla de bronce , segunda de ese metal y en total para la delegación mexicana .

Se acabaron los amargos cuartos lugares en los clavados de Tokio 2020 . Agúndez y Orozco subieron a México al podio gracias a una competencia muy constante, en la que no cometieron error alguno.

La plataforma le ha dado al país su primer metal en una disciplina que es garantía para México .

Finalizaron con 299.70 unidades, sólo .54 por encima de Canadá , y detrás de China (363.78) y Estados Unidos (310.80).

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Es la segunda presea olímpica para Orozco , quien se colgó la plata (en la misma prueba y junto a Paola Espinosa ) en Londres 2012 .

Es la número 15 que los clavados dan a México (71 totales) y séptima de bronce (un oro y siste platas).

La sequía sólo duró dos días, porque Ale y Gaby han hecho historia.

 

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