Pese a que todavía existen dudas sobre su celebración, solamente faltan 50 amaneceres para que el nuevo estadio abra sus puertas a la ceremonia inaugural de unos tan esperados como polémicos.

A medio centenar de días para el comienzo oficial de la just a, la delegación mexicana empieza a tomar forma, aunque todavía existen muchos sitios sin nombre y apellido.

Entre los que sí lo tienen, la taekwondoína Briseida Acosta y el clavadista Randal Willars lucen como algunas de las esperanzas más sólidas de poner la bandera tricolor en el podio.

Después de derrotar —en tiempo extra— a la legendaria María del Rosario Espinoza , en el combate por el boleto a Asia, Acosta se erigió como una de las principales esperanzas de medalla para la justa.

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Es cierto que Tokio 2020 representará su debut olímpico, pero llega con una hoja curricular que permite soñar, en la que destacan un oro en Panamericanos, además de plata y bronce mundiales.

Por su parte, Willars es la nueva gran promesa de la escuela de clavados mexicana.

Con 19 años de edad, el capitalino ya presume una medalla áurea en los Juegos Olímpicos de la Juventud (Buenos Aires 2018) y dos de plata en el Mundial Juvenil efectuado en Rusia (2016).

Su especialidad es la plataforma y, además de ser un competidor fuerte en el ámbito individual, también dará pelea en la modalidad de sincronizados, donde suele hacer pareja con Iván García, quien ganó plata en Londres 2012.