Arrancaron las votaciones de los aficionados para elegir a los retadores de los siete campeones que expondrán sus cetros en la función del 87 aniversario del CMLL , y los nombres de los rivales para Sansón y compañía, se perfilan con tendencia al bando rudo.

Los monarcas nacionales de tercias están en la mira de cuatro equipos, pero el integrado por la familia Casas ha tomado ligera ventaja. Sin embargo, son seguidos de cerca por Virus , Raziel y Cancerbero , además de los Panther , mientras que Valiente , Guerreo Maya y Esfinge se han rezagado.

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“Es un orgullo ser campeones nacionales y queremos pronto los mundiales, pero hay que salir adelante de este reto primero. Me gustaría que fuera una tercia de rudos, pero ante quien sea vamos con todo”, compartió Sansón .

En tres años como dueños de los cinturones, junto a Forastero y Cuatrero , suma al menos una decena de defensas, forjando uno de los reinados más largos en la historia de los campeonatos, equiparado al de los ‘Hijos del Infierno’, curiosamente, a quienes les arrebataron los fajines.

Muchos han probado su fuerza, pero “con los Guerreros nos hemos dado con todo, al público le gusta esa rivalidad, son luchadores aguerridos. Así que puede haber algo más con ellos en el futuro”, advierte el rudo enmascarado.

Él busca los cetros nacional y mundial de peso completo, “así como luchar en algún torneo importante en Japón”. Aunque hay otro deseo que le arrebata el pensamiento. "Hacer equipo con mi papá (Cien Caras) en la Arena México es un sueño, él está en perfectas condiciones pero es difícil convencerlo, aunque no lo quiero descartar aún".

Lo que sí preferiría olvidar, es la rivalidad con el Rayo de Jalisco Jr ., quien acabó en el pasado con la máscara de su padre. "Son épocas diferentes, hay un rencor y rivalidad deportiva porque le quitó la incógnita a mi papá, pero como la ' Nueva Generación Dinamita ' buscamos nuevos retos y rivales, con tanto talento que hay en el CMLL , aunque no le hacemos el feo y si se nos pone enfrente, adelante".

Y es que, de su progenitor aprendió a no darle la vuelta a los retos. "A ser rudo, eso tiene que ser algo nato, sentirlo. Empecé a luchar como técnico y no fluía. Cuando mi tío Andrés me cambió al lado rudo vibré mucho mejor como luchador y aquí sigo. Llegamos para no ser luchadores del montón y vamos por buen camino".

 

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