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Regresaron las actividades en el Hipódromo de Las Américas , tras una pausa de seis meses y medio por la pandemia de Covid-19.
Este viernes por la tarde, los caballos volvieron a galopar y las apuestas se abrieron, a pesar de que las puertas sobre la avenida Industria Militar están cerradas a los aficionados.
“Tenemos una gran felicidad de retornar a la actividad por primera vez desde el 15 de marzo, cuando estábamos a una semana de cumplir nuestro aniversario 76. Ahora, nos da gusto reiniciar, aunque con la puerta cerrada, porque es parte de la motivación de lo que está por venir”, comentó Jacob Moret, director de relaciones públicas del Hipódromo.
El ambiente apagado durante las carreras permite escuchar a la perfección las fustas sobre los caballos, incluso los gritos de los jockey antes de la llegar a la meta. Por 26 semanas, se detuvo la actividad y, poco a poco, vuelve a la normalidad. A partir de hoy se pueden seguir las carreras y apostar a través de la página oficial del Hipódromo.
Sin embargo, los mil 200 caballos no podían quedarse sin ejercitarse, por lo que los entrenadores y algunos jockey asistieron durante la cuarentena para evitar complicaciones con los animales.
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Desde marzo, el Hipódromo se vio obligado a enfrentar la pandemia de Covid-19, con visitas de los trabajadores de 5 de la mañana a 1 de la tarde. Las instalaciones también debieron modificarse, sobre todo, ahora que existe competición. Los vestidores de los jockey están abiertos, con espacios de un metro entre casilleros; regaderas y gimnasio siguen cerrados.
Durante la cuarentena, los trabajadores de la empresa recibieron su salario, pero los entrenadores y quienes laboran directamente con los caballos tuvieron que llegar a acuerdos con los propietarios de los mismos.
Moret explicó que sólo se encuentra un tercio de personal y todavía se desconoce cuándo se permitirá el acceso a los fanáticos de las carreras.
“Estamos recuperándonos, las medidas establecidas son las adecuadas y regresando a la activación económica. Nosotros estaremos atentos, ya entregamos todos nuestros protocolos al gobierno de la Ciudad de México para recibir público, Tenemos la división en los restaurantes y áreas de comida. Nos encantará que, cuando los caballos entren por la última curva, volver a escuchar la emoción de los presentes… es lo que más extrañamos”.