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El caso George Floyd ha enardecido a los Estados Unidos y escalado a niveles con escasos precedentes en la era moderna, obligando al gobierno a pronunciarse.
El vicepresidente, Mike Pence , lo hizo en sus redes sociales.
El republicano envió sus condolencias a la familia del fallecido, le prometió justicia y recalcó que en el gobierno de Donald Trump no existe tolerancia a la violencia racial.
Y continuó: "Creemos en la ley y el orden en este país. Condenamos la violencia contra la propiedad y las personas. Siempre defenderemos el derecho de los estadounidenses a protestar pacíficamente y hacer escuchar sus voces".
Sin embargo, Pence no cuenta con el mejor antecedente en lo que a la libertad de expresión respecta. Y fue en el deporte donde su imagen quedó marcada.
En 2017, asistió a un partido de NFL entre los Colts de Indianapolis y los 49ers de San Francisco, en el que —a modo de protesta— los jugadores se hincaron durante la entonación del himno nacional. El dirigente abandonó el estadio.
Aquel capítulo fue revivido por muchas personas luego de su tuit referente al presunto asesinato de Floyd. Entre ellas, se encuentra el entrenador de los Warriors de Golden State, Steve Kerr.
"Tienes que estar bromeando. ¿Cómo tienes el descaro de decir esto?", escribió el ocho veces campeón de la NBA (cinco como jugador y tres como estratega).
A lo largo de su carrera, Kerr se ha caracterizado por criticar los abusos autoritarios y la desigualdad social, elementos englobados en la muerte de George Floyd hace unos días.