La tenista japonesa, Naomi Osaka , se ha unido a las protestas por la violencia policial contra la comunidad afroamericana y ha renunciado a jugar mañana las semifinales del Western & Southern Open.
“Antes que una atleta, soy una mujer negra. Y como tal, siento que hay asuntos mucho más importantes que necesitan más atención e inmediata que verme jugar tenis”, expuso en un comunicado.
La nipona, actual número 10 del mundo y cuarta sembrada de la competencia, está programada para enfrentar a la belga Elise Mertens y, según su misiva, no espera que “algo drástico suceda por no jugar”.
En el mensaje, que incluyó los nombres de Jacob Blake, Breonna Taylor, Elijah McClain y George Floyd –víctimas de abuso y violencia racial-, Osaka dijo estar cansada de tener la misma conversación y seguir viendo el fenómeno que calificó como “genocidio de la raza negra”.
Hasta ahora, la WTA y la Asociación de Tenis de Estados Unidos (organizadora del Masters de Cincinnati) no se han pronunciado, por lo tanto, está en el aire la posibilidad de que el partido de la jugadora de 22 años de edad sea reagendado. La otra opción sería que Mertens avance a la final frente a la ganadora del duelo entre Johanna Konta y Victoria Azarenka.