El día 4 de octubre, por cierto, día de San Francisco , surgió la noticia de la contratación de
, para actuar en La México en los próximos meses. Y con ello se ve un poco más de luz, en el túnel del regreso de las corridas de toros a la plaza más grande y cómoda del mundo, organizadas por Don Alberto Baillères González y Xavier Sordo , lo cual muchos -que así somos- especulaban que iba a ser imposible.
Mi amigo entrañable con su equipo, me consta ha trabajado con denuedo para que así suceda y todo tiene visos de materializarse, zanjando temas contractuales con los propietarios, los señores Cossío , las autoridades con el reglamento, la pandemia que aún sigue amenazante y no le sigo porque no acabaría. Lo importante es la noticia y lo que implica.
Además, inician con la contratación de un torero en su año de gracia, comentaba en colaboración pasada que en el toreo un adagio reza; “los de valor a mandar y los de arte a acompañar” Y no es que los de arte no posean el atributo de valentía en diferentes cantidades, cualquiera que se pare a intentar darle unos pases a un toro, lo posee. Sin embargo, los llamados toreros de valor son reconocidos así, generalmente por ser más arriesgados en su quehacer y más regulares en sus actuaciones, que los llamados de arte.
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Los toreros categorizados como artistas, son a la vez admirados y rechazados, lo primero, porque el sello que imprimen a su estilo de torear, generalmente impacta con un pase o con su lance e incluso con algún detalle, que tienen sin torear, como por ejemplo: Morante de la Puebla , regando el albero con el fin de dejarlo a su entero gusto. Lo segundo, es que los acusan de abúlicos e indecisos, a veces hasta medrosos en su quehacer.
Y Morante ha sacado a relucir -y prueba de ello fue su gran actuación reciente en Sevilla - el manejo de la técnica, las distancias y quién no se pensaba encabeza el escalafón taurino europeo, en uno de los años más atípicos de la historia. Además muchas de sus actuaciones han sido televisadas y hemos sido testigos de su momento pleno.
Frente a la concepción de poder -dominar el ímpetu del toro, entender sus reacciones y someter sus acometidas- se presenta, la de aplicar las normas del toreo, para conseguir la armonía y aquí se vale equipararlos, pues mientras unos se inclinan más por la técnica, los otros se van por su interpretativa y Morante ha sabido esgrimir las dos cuestiones, que es única en su caso.
Por eso encabeza el escalafón en Europa y es un gran logro de La México el anunciarlo, nos refresca saber que el primer contratado para la serie de corridas, es quién hace del toreo una interpretación imaginativa, nostálgica y profunda. Además, ha buscado torear encastes variados y eso le asigna un gran mérito, en unos habrá éxito en otros no, pero no muchos a su altura arriesgan y echan la moneda al aire.
El aroma artístico que le imprime Morante de la Puebla , siempre será recordado a partir que se ungió matador, el 29 de junio de 1997, en Burgos , con César Rincón de padrino y uno, que fue exquisito en el capote; Fernando Cepeda . Sea enhorabuena: ¡Viva la variedad en toros y toreros, el arte como diría mi entrañable amigo; no tiene miedo! Y a la administración de La México mis respetos, eso es querer y promover el toreo en épocas complejas, que conste.