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A las 7:09 de la mañana, dos minutos después de iniciar el Ironman 70.3 de Campeche, Marco Velázquez frenó su nado al darse cuenta que los 100 metros que había recorrido fueron en dirección contraria a la ruta que se estableció en la competencia.
A bordo de su bicicleta, Marco se sobrepuso a tres ponchaduras de neumático que rompieron el ritmo con el que pedaleaba y aumentaron el tiempo que tardó en recorrer los 90 kilómetros.
En la última prueba que compone el triatlón (nado, ciclismo, correr), Marco enfrentó el cansancio de un día que comenzó a las 5 de la mañana con temperatura de 33 grados centígrados que calentaron el pavimento al punto de volver incómodo el trote.
Pero si un accidente que sufrió a los 14 años de edad que le costó la vista no pudo detener el ímpetu de Marco, menos los “pequeños” obstáculos que surgieron en el Ironman campechano, en el que no tuvo tiempo oficial.
Marco Velázquez es triatleta invidente. Se inició corriendo en Playa del Carmen para mejorar su salud y ahora es un coleccionista de competencias en nuestro país, y este año tuvo la oportunidad de correr el medio maratón de Miami, gracias al empresario Max Leonardo y su esposa Maritere Alessandri.
Maritere y Leonardo han sido guías de Marco durante el medio maratón de Miami y en el Ironman de Campeche.
“Nos empezamos a comunicar gracias a las redes sociales. Después coincidimos en Los Cabos e iniciamos una amistad que para nosotros ha sido muy enriquecedora. Marco es una persona extraordinaria”, dijo Maritere, conductora de TV Azteca.
Debido a que no pudo ser su guía en una competencia en Cancún, la presentadora de televisión invitó a Marco a correr en Miami, una ciudad que el triatleta siempre soñó visitar.
“En Miami viví una experiencia que por mucho tiempo soñé. Siempre había escuchado hablar de esa ciudad y me imaginaba estar ahí”, declaró Marco.
Al momento de correr, Maritere no sólo fue la guía durante los 21 kilómetros de la prueba, también se encargó de describir los paisajes que estaban recorriedo.
“Marco nunca vio un crucero y cuando estabamos corriendo traté de reseñar el tamaño del barco con los pasos que estabamos dando al correr, ahí se dio cuenta lo grande que son”, contó.
Fue en Miami donde Marco le pidió a Leonardo ser su guía en un Ironman, por lo que se pusieron de acuerdo para realizarlo juntos en Campeche.
“Nos costó adaptarnos, porque no entrenamos mucho tiempo juntos. Él vive en Playa del Carmen y yo en Ciudad de México, a pesar de todos los incidentes que ocurrieron, creo que tuvimos un final feliz”, dijo Leonardo.