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, mejor conocido como Manny, es un basquetbolista estadounidense con sangre chilena.
Actualmente en el baloncesto español, este jugador no pierde la esperanza de regresar a Estados Unidos y encontrar un lugar en la NBA. Y es que de esos se ha tratado su carrera: vencer obstáculos, como cuando superó una enfermedad que puso en jaque su trayectoria.
“Con mi trabajo, me he abierto muchas puertas en mi vida, y no sólo en el basquetbol. He podido estudiar, visitar otros países. El deporte es una puerta que te abre varios caminos”, comentó Manny Suárez, en entrevista.
En 2015, cuando formaba parte del programa de Fordham University, fue llevado de emergencia al hospital, donde encontraron que padecía de HEART- FID. Según los médicos, esto fue producido por la Tiroides y empezó un tratamiento para controlar su sistema, con autorización para seguir en el deporte, pero tuvo que cambiarse Universidad.
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Manny buscó un programa de División I de la NCAA en Creighton University, se graduó, fue convocado por la selección de Chile y encontró un lugar en la liga ibérica, pero y ¿la tiroides?
“La primera vez que me diagnosticaron me comentaron que era probable que nunca iba a jugar otra vez. Tres años después de aquella mi primera consulta, un médico en Nueva York me dijo que estaba librado de cualquier problema. No sé cómo o por qué. Científicamente el no pudo darme una explicación”, relató el basquetbolista por cumplir los 27 años de edad y y de dos metros de estatura.
La sangre andida que corre por las venas de Suárez lo hace orgulloso de jugar con Chile a nivel internacional, porque para él es un honor representar el país de su madre, Mapi.
Súarez no baja los brazos y apunta a un regreso al basquetbol estadounidense y escalar a la máxima categoría de este deporte, que lo ha motivado desde que tiene ocho años.