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Con más de cuatro décadas en la lucha libre, hay poco que le pueda impresionar o intimidar al Negro Casas , quien de cara a la Copa Jr ., en la que buscará su primer trofeo del torneo, alista algunas sorpresas para sus rivales de contienda.
“Lo disfruto y le saco provecho”, advierte sobre el reto del próximo 25 de diciembre en la Arena México . “Me preparo para llenarme de esa energía, pero ellos (sus rivales) deben ser inteligentes para aprovechar el momento de enfrentarme. Ya pasé muchas veces por todo eso, en muchos torneos, es algo entre comillas, ordinario, pero muchos se ponen nerviosos, se resbalan, se caen y lastiman. No es fácil”.
Lo vivió en carne propia, así que tiene la fuerza emocional para aceptarlo. “Cuando luchaba contra el señor Anibal, temblaba, algo que nunca pude superar, y aunque él me daba confianza no lo logré. Hasta que lo experimenté con otros luchadores no tan admirados, así que debes ponerte el reto de enfrentar y crecer. Muchos me humillaron, abusaron y de repente me río cuando los enfrento. No hay como el estar todo el tiempo preparado”.
Pero no cae en la soberbia, pues sabe que arriba del ring, todos pueden tener una buena noche. “No es que sea más fácil enfrentar a un joven, porque un luchador te puede dar la sorpresa en cualquier momento, así que no hay que confiarse”.
Tal vez por eso es que le ha dado a su preparación un toque distinto esta vez. “He estado entrenando un par de movimientos que ya no hacía, para no desentonar con los jóvenes. Por ejemplo, hace unos díez años que no hago un mortal y ahora no lo descarto. Aunque en realidad nunca fui espectacular, hacía cosas que le gustaban a la gente”.
Es una forma de mantenerse jovial y sacarse de la mente la palabra retiro, “y es que tengo metida en la cabeza la idea de subir de pareja con mis nietos. Ojalá pueda entrenarlos, eso me motiva y me da fuerza para no querer enfermarme ni lastimarme. Para seguir vigente”.
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