Las alertas que ayer derivaron de los gestos de molestia y las múltiples veces que Rafael Nadal palpó su rodilla derecha, se hicieron válidas.

El español abandonó Indian Wells y dejó el camino libre a Roger Federer para disputar una final más, en busca de su título número 101.

El número dos en el ranking profesional anunció que, durante los calentamientos matutinos, el dolor en la rodilla no cedió, por lo que tomó la decisión retirarse y priorizar la recuperación:

"Como bien dije ayer, sentí un fuerte dolor en la rodilla derecha y sabía que las cosas no estaban yendo muy bien. No quería confirmar nada porque quería esperar hasta el final y hacer todo lo posible para ser competitivo hoy, pero no ha sido así. Hoy he entrenado un rato por la mañana y sentí que mi rodilla no estaba bien y no me veía capacitado para disputar unas semifinales de un torneo de Masters 1000" , declaró Nadal ante los medios, en California.

Las mismas sensaciones lo dejaron fuera del US Open en 2018 (también en semifinales). Según dijo, estas molestias habían desaparecido en el primer tramo de la temporada actual, pero desde el encuentro de cuartos de final en Indian Wells , ante Karen Khachanov, volvieron.

Además de abandonar Indian Wells, Nadal confirmó que tampoco disputará Miami , el segundo Masters 1000 del año.

"No jugaré en Miami. Lo que haré será volver a casa, descansar un poco e intentar hacer una transición suave a la arcilla. Tengo que intentar estar al 100% para el primer evento del año que será en Montecarlo y luego ya iremos viendo semana tras semana cuál es nuestro calendario", concretó Nadal , 17 veces ganador de Grand Slams, quien enfrentaría a Roger Federer por trigésimo novena ocasión.

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