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Desde Jacksonville, para llegar en automóvil al Mercedes-Benz Stadium, en Atlanta, son poco más de cinco horas por carretera.
En el norte de Florida sueñan con un Super Bowl.
Con una de las defensivas más dominantes en la Liga y la experiencia acumulada de la temporada pasada, los Jaguars quieren que su historia crezca. Yannick Ngakoue, Abry Jones, Malik Jackson y Calais Campbell forman la línea que atemoriza a cualquier ofensiva.
Cuentan con Myles Jack como el linebacker que cubre el centro del campo y un par de cornerbacks, Aj Bouye y Jalen Ramsey, tan peligrosos en el aire como cualquier receptor de élite.
En enero, Jacksonville sucumbió en la final de la Conferencia Americana (24-20, ante Nueva Inglaterra), partido que dejó una espina clavada y mucho aprendizaje.
Durante 2017, los Jaguars fueron la segunda mejor defensa, con 286 yardas permitidas y 16.8 puntos por duelo.
Por tierra no estuvieron tan fuertes (116.2 por juego). Si la defensiva ajusta los pequeños detalles, no tendría problemas para repetir postemporada; Blake Bortles, pasador titular, ha mejorado.