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Lewis Hamilton llega al Autódromo Hermanos Rodríguez con una mano puesta en su cuarta corona de la Fórmula Uno.
Un quinto lugar en el Gran Premio de México será suficiente para el nuevo título en sus vitrinas. La temporada 2017 comenzó muy pareja entre el piloto de Mercedes y Sebastian Vettel, de Ferrari.
El alemán tenía pinta de arrebatarle el campeonato al inglés, tal y como lo hizo Nico Rosberg, hace un año. Sin embargo, Hamilton no cometió errores como Seb, a quien se le escapó en la tabla de volantes. El germano tiene posibilidades, aunque la combinación es extraña, casi milagrosa.
La afición mexicana tendrá la oportunidad de observar, probablemente, a Lewis en el podio y celebrando su corona, mientras las manos de la Scuderia se quedarán vacías, porque también se les fue el Campeonato de Constructores.
Por su parte, Sergio Pérez, de Force India, intentará darle un sabor extra al GP tricolor con un podio, algo que no ha logrado en todo el año. El piloto mexicano busca manifestar su capacidad en busca de llevar su carrera al siguiente nivel para el siguiente año.