Roger Federer
se enfilaba para entrar al vestidor después de su calentamiento en el Abierto de Australia , cuando un guardia le negó el pasó.
¿La razón? Simple , no traía colgada su acreditación. El guardia seguramente reconoció al que ha ganado en tres ocasiones el torneo, pero... reglas son reglas.
Más allá de molestarse o portarse de una forma prepotente, el suizo, actual número tres del ranking mundial esperó hasta que uno de sus asistentes trajera su tarjeta y de esta manera pasar a los vestidores.
Enseguida Federer ganó su partido en apenas 90 minutos.