El Negro Casas y Dallys han hecho su vida alrededor de la lucha libre. Él ya era gladiador cuando decidieron ser pareja, el destino encaminó a la panameña por el mismo rumbo muchos años después, aunque el deseo existió desde que era niña.
Ahora, en plena madurez personal y profesional, enfrentan un reto distinto lejos de los cuadriláteros: el de la pandemia y la falta de trabajo en la lucha libre.
Acostumbrados a la rudeza y a rendir a sus contrincantes con base en su preparación, el reto enmedio de la contingencia no admite rudezas, pero lo enfrentan con valor y aliados a la experiencia ganada al paso de los años.
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"El mexicano es un luchador nato y es un orgullo ser un ejemplo para seguir adelante", advierte Casas. "Es un rival duro (la pandemia) al que quiero acabar, y vamos a enfrentarlo con inteligencia, sin miedo. No atrabancarse, con la sana distancia, cuidándonos. La experiencia que tenemos en la lucha libre, nos hace un poco más fríos, sí lo veo como una amenaza pero tenemos que hacerle frente a la situación y exhortar a toda a la afición y a los veteranos a cuidarnos".
La situación no admite relajarse, y aunque ha pasado muy tiempo, sabe que la paciencia es necesaria. "Es la primera vez (que paramos) y lo es para todo el mundo. Afortunadamente nos hemos sabido manejar desde hace muchos años, por eso es que nos hemos entendido bien Dallys y yo. Siento que para esa son las relaciones, somos una pareja que tenemos muchos choques pero eso nos hace estar juntos".
Acepta que han habido momentos de incertidumbre. "Tuvimos miedo al principio, después, adaptamos un espacio para hacer ejercicio, nos acompañamos y cuando se llega a poner la situación difícil nos apoyamos".
En Dallys, su pareja, encuentra la fortaleza que a veces le falta. "Es una luchadora y una persona más fuerte que el Negro Casas, tal vez la he apoyado para conseguirlo, pero el mérito para sobresalir es de ella".
Y más allá de las palabras, Dallys lo demuestra con hechos. "No tenemos los mismos ingresos (que cuando luchan) pero hemos trabajado muchos años, esta es una experiencia que nos enseña a valorar y a no tirar el dinero cuando lo tenemos. No estamos solos y no tenemos miedo, estamos acostumbrados a trabajar y salir adelante. Es una sacudida y no queda otra más que esperar para regresar a trabajar en la lucha libre".
Veintiocho años suman como pareja en la vida real, el Negro Casas y Dallys. El maloso ya acumula cuatro décadas como luchador y la panameña, quien es la actual campeona universal del CMLL, debutó en el 2009.