Monterrey.— Basta con husmear un poco en sus fotos de Instagram (@alejandrofloresmma), para darse cuenta que “Gallito” se gana la vida a golpes por placer y no por necesidad como la gran mayoría de los peleadores.
Viajes de cacería, cabalgatas, pasos en motocicletas entre otras cosas, describen la necesidad de adrenalina que Alejandro Flores requiere en su día a día y el por qué dejó la “comodidad” de un trabajo de oficina a cambio del sacrificio de la jaula de pelea.
Con 28 años de edad, Flores podría estar en ascenso como ingeniero industrial donde se graduó hace unos años, pero prefirió el oficio de peleador.
“Yo desde niño siempre fui atleta. No veo mi vida fuera del ejercicio. Desde la prepa yo quería dejar la escuela pero mis papás me pidieron que siguiera estudiando. Yo me titulé por ello porque lo que realmente me apasiona es pelear”, contó Gallito.
Esta noche Combate Américas cruza de nueva cuenta la frontera sur de Estados Unidos para internarse en Monterrey. De haberse dedicado a la ingeniería y sistemas, Alejandro podría ser uno de los aficionados de primera fila. Prefiero estar más cerca y meterse a la jaula donde pelea por su vida.
El Gallito
estelariza la función en el Domo Care enfrentando a Marco Elpidio.
“Todo mundo espera de mi lo mejor. Peleó en mi tierra y voy a dejar todo de mi para ganar. Quiero una pelea de título mundial y esta función abre la puerta”.
Con cinco meses de casado, Alejandro Flores se responsabiliza de los gastos de su familia. Por eso cada una de sus peleas las estudia para sacar el mejor provecho del contrato.
“Si pienso que haber estudiando me da ventajas para negociar. Se lo que valgo y sé cuánto genero, por eso creo que he podido sacar buen dinero de mis peleas. Al final esto no es como un trabajo que cobras cada mes, debes ser inteligente para lograrlo”.
Flores es una de las semillas que Combate Américas sembró para conquistar México. El peleador regio entra esta noche a la jaula, para ganarse la visa como a él le gusta: a golpes.