Cuando el Demasiado empezó a entrenar lucha libre en , Veracruz, el rechazo hacia su manera de moverse en el ring era evidente. Sus aliados de aventura, no lo eran cuando se trataba de compartir el enlonado.

Así que tuvo que ganarse el respeto sin bajar la mirada, de frente y orgulloso de la diversidad que representaba.

“Eran frecuentes los casos de compañeros que no querían hacer los ejercicios conmigo, esa fue una mala experiencia pero me ayudó para apechugar y saber ganarme el lugar con mi trabajo. Nadie me regaló nada”, recuerda.

Al paso de doce años de azotarse en los cuadriláteros, sonríe y celebra que las cosas han cambiado para el tercer bando luchístico , el de los exóticos. “Ahora no somos los encargados de abrir carteles, estamos en luchas estelares y tenemos eventos propios. Las grandes empresas han cambiado la visión que tienen de nuestro trabajo”.

Advierte que no es una batalla ganada por completo, y sabe que aún deben dar la lucha todos los días. “La diversidad se está ganando un lugar y no lo hace con el típico accionar de dar un beso o poner las nalgas. Ahora ven a un luchador preparado. Ojalá que venga otra buena generación de exóticos y dejen el nombre del grupo bien arriba, y no como hace algunos años, que se dedicaban a hacer vulgaridades y denigraban al medio”.

“La lucha libre es un deporte tan bonito, que acepta a hombres, mujeres, minis, exóticos ", presume. "Es un deporte incluyente y los compañeros tuvieron que cambiar su mentalidad. Hasta ahora no he tenido una mala experiencia, al contrario, llego a las arenas y la gente se acerca. A pesar de que soy un exótico rudo, tengo el cariño de ellos”.

El Demasiado ondea fuerte la bandera arcoíris en el ring
El Demasiado ondea fuerte la bandera arcoíris en el ring

GOLPEADO POR LA PANDEMIA.

El Demasiado

tenía muchos planes antes de que la pandemia de Covid-19 lo parara en seco. Llegó en un momento en el que estaba lista la primera gira de su promotora ‘Mi Sagrada Lucha Libre’, un proyecto para los nuevos estetas, que tendrá que esperar para crecer.

Aunque en realidad, al inicio de la contingencia, él no detuvo por completo su andar. “Hice una función a puerta cerrada cuando estábamos en fase dos, me atreví a hacerla, pero ahora sé que han habido contagios y en esta etapa sería mejor permanecer guardados”.

Muchos se aventuran por necesidad, otros por mantenerse vigentes, “pero el público no olvida, tu trabajo es que te tiene vigente. Muchos compañeros lo siguen haciendo y no los critico, solamente creo que deben ser responsables y si tienen síntomas no seguir haciéndolo, para evitar contagiar a todo el gremio. Los luchadores deben ser muy honestos y responsables, porque de ellos depende que algún compañero pueda enfermar”.

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