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El poder y la política en el deporte mexicano de nueva cuenta alteran el panorama de los atletas que se preparan para participar en el mayor escaparate mundial.
Los Olímpicos de Tokio se inauguran el 24 de julio. Con el tiempo encima, los dirigentes de la Conade y el Comité Olímpico Mexiano (COM ), entraron a la arena de la confrontación para evidenciar que los Juegos ya no son sólo juegos.
Como casi siempre pasa, el dinero se convirtió en el problema de todo. Mientras el presidente del COM, Carlos Padilla presentó un programa para recaudar fondos por medio del “apadrinamiento” de empresarios, la directora de Conade, Ana Gabriela Guevara , calificó la iniciativa como “prostitución de la imagen de los deportistas”, que más que un padrino recibirían una “madrina”.
“El contrato es muy leonino, por eso es una madrina. El argumento que están dando es totalmente erróneo, porque 20 mil pesos, con todo respeto para los patrocinadores, lo que necesita un atleta que va a Juegos Olímpicos es mayor”, sostuvo la exvelocista.
La declaración de Guevara evidenció que la relación entre las dos cabezas del deporte mexicano necesitará de mucha flexibilidad y diálogo si quieren recuperarse de la fractura que se suscitó desde el verano del año pasado.
El vaivén de acusaciones entre Guevara y Padilla ha ido escalando desde hace meses, cuando el COM comunicó el cierre parcial del Centro Deportivo Olímpico Mexicano por falta de recursos para su mantenimiento, a lo que Guevara calificó como un “chantaje”.
Tokio 2020
se aproxima y el deporte mexicano se divide.
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