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Al que escribe, nada le hubiera dado más gusto que narrarles un gran triunfo de Sergio Flores, Roca Rey y Luis David, con la bien presentada corrida de Begoña, preparada con gran esmero por su propietario, el licenciado Alberto Baillères.
El ambiente en la Corrida Guadalupana en La México era ideal para un gran suceso. En el cuarto de la tarde, hubo la ilusión de que el guión de la corrida iba a remontar. Hubo momentos brillantes de Sergio Flores y codicia en las embestidas del de Begoña, pero desafortunadamente en la suerte suprema Sergio Flores falló e inopinadamente el juez de plaza, Jorge Ramos, le concedió un trofeo, protestado por la mayoría de los asistentes.
En el sexto, las condiciones del toro propiciaron que primero se le condenara con banderillas negras y luego se devolvió extrañamente, provocando el encono popular, que se siguió de filo con el que le sustituyó, pasando Luis David (al igual que Roca Rey) inadvertidos en una tarde que, reitero, duele resumir así, cuando la afición del ganadero es inquebrantable.
El toreo es como la vida misma y seguramente sabrá tomar revancha don Alberto, en una Plaza que tantas veces le ha visto salir triunfante.
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