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En estos momentos en los que Víctor Espinoza no va sobre los lomos de un pura sangre persiguiendo otra triple corona, el jockey mexicano se refugia en su hogar al sur de California para evitar contagiarse del nuevo coronavirus y no poner en peligro su vida.
Desde que en 2015, a bordo de American Pharoah consiguió terminar con una racha de 37 años sin que ningún ejemplar conquistara las tres gemas de la hípica estadounidense, la fama de Espinoza tomó una velocidad que de un día al otro lo tenía cruzando Estados Unidos para participar en programas de televisión nacional que lo situaron como el nuevo rostro del triunfo.
Aunque la sensación de tener multitudes rugiendo su nombre y solicitando una fotografía lo halaga, Víctor Espinoza , con 47 años de edad, no olvida que es mortal como cualquier ser humano.
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“Tengo miedo de que a lo mejor no viva si me contagio [ Covid-19 ]. A veces no sabemos cómo andamos de defensas y tal vez el cuerpo no lo resista”, señala el hidalguense.
Para limitar al mínimo las posibilidades de enfermarse por coronavirus, el jinete mexicano no ha salido de su hogar en Del Mar —cerca de San Diego — desde el 20 de marzo. Con las pistas de carreras cerradas, su desafío está en la cocina y otras labores domésticas, las cuales antes no desempeñaba.
“Me he puesto a hacer muchas cosas que antes no tenía oportunidad de hacer, como cocinar. Nunca me había hecho de comer y ahora, con la ayuda de un video de Youtube, he vuelto a comer frijoles caseros que hacía años no comía o arroz”.
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Espinoza se encuentra completamente aislado, ya que es soltero y la mayoría de su familia mantiene su residencia al sur del río Bravo. Ahora, el trabajo doméstico, acompañado por sus sesiones de ejercicio, consume gran parte de su día.
Las carreras de caballos son una gran parte de la cultura estadounidense, y muchas personas saltarían de inmediato ante la oportunidad de ser jinetes de los caballos que los llevan a los sitios de popularidad nacional y las fortunas.
Sin embargo, la gran mayoría de jockeys son trabajadores independientes que se ofrecen a los propietarios de caballos con salarios que dependen de los premios.
Con los hipódromos del mundo cerrados a consecuencia de la pandemia por coronavirus, la industria de este deporte se encuentra detenida, impactando la economía de las personas que obtienen recursos por cada una de las carreras.
Para Espinoza, el hecho de no estar ganando dinero en estas semanas no es una preocupación que nuble su sueño. Por el contrario, aprovecha el tiempo de la cuarentena para disfrutar su casa.
“Lo más importante por ahora es la salud de todos. Debemos entender que el coronavirus existe y es muy peligroso. Por ahora tomo como un lujo estar en mi hogar. También debemos ver las cosas buenas que esto nos deja. Ya después, cuando termine toda la enfermedad, nos ocuparemos de pagar las deudas y los recibos de la casa”.
Víctor Espinoza
tenía programado competir en premios multimillonarios en Medio Oriente y clásicos de Estados Unidos , como el legendario Derby de Kentucky .