El rejoneador español Andy Cartagena fue la sensación de la última corrida de la Temporada Grande de la plaza México. En una tarde nublada, con un cuarto del coso lleno, Cartagena emocionó con el indulto a “Copo de nieve” de la ganadería de Reyes Huerta. Cartagena mantuvo los cuernos del toro muy cerca de la grupa de sus caballos durante toda la lidia. El público se emocionó cuando el español se hizo seguir por “Copo de nieve” por toda la orilla del ruedo.

El rejoneador tuvo gracia para poner los rejones de castigo y las banderillas, especialmente las cortas. Fue aplaudido por toda plaza cuando puso en dos patas al caballo y avanzó así por todo el radio del redondel. Ya en sus últimos galopes había pañuelos blancos que pedían el indulto del toro. El rejoneador se unió poniendo de rodillas a su caballo. El juez de plaza concedió el perdón a “Copo de nieve” en medio de la algarabía general. Fue la única ocasión que sucedió esto en toda la temporada. 

En su primer toro, Andrés Céspedes también dejó satisfecha a la afición pero no tuvo buena mano con el rejón de muerte y se retiró entre algunas protestas. 
El matador Arturo Macías “El Cejas” no fue opacado por el de a caballo. De malva y oro, estuvo vistoso con el capote. En su primero, “Petirrojo”, su alternante Leo Valadez entró al quite por chicuelinas, reviviendo la vieja tradición. Macías respondió con tafalleras. Aunque en el primer tercio el burel estuvo lento para embestir, fue obediente con la muleta.

El temple fue lo que definió las dos faenas del Cejas. Los olés se hicieron presentes con los largos naturales. Mató con una estocada fulminante y el toro no tardó en morir. La petición de oreja fue mayoritaria y la autoridad la concedió. 
En el segundo de su lote, “Muñeco”, Macías estuvo cabal. Inició la faena con gaoneras de pintura a mitad del ruedo. Le corrió la mano al toro con delicadeza milimétrica, lento como lo exige el toreo. Por la derecha, “Muñeco”, respondía sin titubeos y El Cejas lo comprendió. No mató bien y escuchó un aviso. El toro murió después de un descabello pero esto no fue impedimento para que el diestro cortara un apéndice. 

El veinteañero Leo Valadez, de azul rey y oro, tuvo mala suerte con el ganado; le tocaron en suerte los peores toros de la tarde. Su primero “Conchito”, demostró bravura sólo en el primer tercio. Después de arremeter fuerte contra el caballo del picador, saltó al callejón a la altura del burladero de radio y televisión. Toreó especialmente bien con el capote, impresionistas las zapopinas. Pero “Conchito” resultó ser un animal distraído, difícil que embistiera. Valadez decidió matar pronto y con tres cuartos de acero el toro murió en pocos segundos. 

En el último toro de la Temporada, Valadez no pudo hacer mucho. Débil de piernas, “Huapango” cayó cuatro veces en la arena y fue necesaria la ayuda de los subalternos para levantarlo. No mató bien. 
Así terminó la Temporada 2017-2018 en la Monumental Plaza México.

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