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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Con la medicina oriental, las terapias alternativas y un montón de recomendaciones que ha tomado de su sensei, a los 41 años de edad Tom Brady se mantiene como un Zeus de la NFL, y no luce como el adulto que afronta la recta final de su vida productiva con una receta de viagra en la guantera.
Sea cual sea su fórmula, Brady está, como diría Taylor Swift, en State of grace (estado de gracia). Semana a semana, el quarterback de los Patriots alcanza hitos o rompe marcas, y mañana, si no sucede una tragedia en su vida perfecta, se convertirá en el tercer jugador en la historia con 500 o más pases de touchdown, cuando enfrente a Colts de Indianapolis.
La lista la encabezan, por ahora, Peyton Manning, con 539, y Brett Favre, con 508 envíos de anotación. A Tom le faltan tres pases a las diagonales para unirse al club; y si todo sale como él quiere —lo que casi siempre pasa— pasará a ser el líder el próximo año cuando juegue su vigésima temporada.
Sin contar los nueve touchdowns de esta campaña, Tom promedia 27 pases de anotación cada 16 juegos y planea jugar en la Liga hasta que cumpla 45 años y tache de su lista de “ las cosas que tienes que hacer antes de los 50”.
Para el partido contra los Colts, el Batman de Nueva Inglaterra volverá a contar con su Robin.
El receptor Julian Edelman regresó el lunes al vestidor, luego de perderse 2017 por una lesión en su rodilla, más una suspensión de cuatro encuentros que la NFL le impuso por violar la política de abuso de sustancias prohibidas.
Brady necesita ayuda. Si bien contra Dolphins evitó caer en una racha de tres derrotas, ninguno de los cuatro pases de más de 30 yardas que intentó fueron atrapados. El batallón conformado por Chris Hogan, Phillip Dorsett, Cordarrelle Patterson y Josh Gordon, ha quedado en deuda con el hombre todo lo puedo.
La importancia de Edelman para los Patriots no es exagerada: desde 2013, los Patriots tienen una marca de 46-9 cuando Edelman juega y 19-10 sin él.
Como en cualquier restaurante de comida rápida, los combos en Nueva Inglaterra van con papas. Brady y Edelman promediaron, en 2016, 11 pases completos por partido. Confianza y química que envidiaría cualquier matrimonio.
Desde 2000, los Patriots son los mejores de la NFL —57-18 en octubre—. Si ya la estadística es oscura para Colts, se agrava al saber que visitan el estadio Gillette, donde Nueva Inglaterra está 32-5.