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Aunque pasaron siete años desde la ocasión más reciente que luchó en la Arena México , lo cierto es que Averno conoce tan bien ese terreno, que pareciera no haberse ido nunca.
“Es una responsabilidad muy grande pararse en el ring más importante de la lucha libre profesional, pero no vengo a pedir permiso, mi sueño es ganar la máscara de Místico y no me voy a ir de este deporte hasta lograrlo”, advirtió tras su reaparición.
Y es que, fiel a su estilo rudo, le arrebató la máscara a su oponente y engañó al réferi en turno, para vencer en dos caídas al hilo al enmascarado.
“Es un escenario que impone, te exige, pero también reconoce, esta vez se van tristes porque su ídolo salió con la derrota en dos caídas al hilo”, presumió el maloso.
Sobre el panorama que encontró en un vestidor donde hay muchas caras nuevas, comentó. “Hay gente joven que viene empujando fuerte, pero eso no me quita el sueño. No me importa si son nuevos o con experiencia, ya dimos el primer paso que era demostrar que no soy un luchador improvisado y no he perdido la calidad”.
Y sí, está en pie de guerra para lo venga, “porque lo que bien se aprende nunca se olvida”.
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