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A los 31 años, Viridiana Álvarez pensaba que tenía buena parte de su vida resuelta. Tenía diez años de trabajar en un empleo como oficinista en una empresa de la rama automotriz y estaba por casarse.
“Dos años antes tuve una carrera de 10 kilómetros y luego subí el Pico de Orizaba, mi primera montaña en 2014”, cuenta Álvarez , en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes . “Subí con amigos, no tenía experiencia y sólo tenía la condición física. Cuando subí y conocí la montaña, me di cuenta que lo que tenía en mi vida era insuficiente. Quería más. Así empecé en el alpinismo”.
Seis años después de aquel episodio, Álvarez se convirtió en la mujer con el ascenso más rápido de las tres montañas más altas del mundo utilizando oxígeno suplementario.
Entre el 16 de mayo del 2017 y el 15 de mayo del 2019 escaló el Monte Everest , el K2 y la Kangchenjunga , montañas que se encuentran en el Himalaya, entre China , Tibet , Nepal y Pakistán .
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Lo hizo en menos de dos años, lo cual la hará acredora al récord mundial Guiness para el ascenso más rápido para una mujer de las tres montañas más altas del mundo utilizando oxígeno suplementario, que se le otorgará hoy.
“No ha sido una experiencia fácil. Cuando subía una de las montañas, vi como otro alpinista cayó decenas de metros y sabía que había muerto. No había nada qué hacer. Hubo un momento en el que me pregunté ¿por qué hago esto?, ¿debo continuar? Decidí seguir adelante, porque el alpinismo es como la vida. Siempre habrá obstáculos, pero debes superarlos y seguir adelante”, reflexiona Álvarez .
La alpinista también tuvo que tomar decisiones difíciles en su vida personal. En 2017 decidió devolver el anillo a su pareja y eligió no casarse. También renunció al empleo que le había dado estabilidad económica durante una década.
Dice que no descarta en un futuro volver a retomar los planes de una relación en pareja, pero primero quiere subir el resto de las montañas más altas del mundo.
En cuanto la pandemia se lo permita, quiere subir Makalu , la quinta cima más alta del mundo, y posteriormente Annapurna , la décima montaña más alta en el mundo y que es famosa por ser la más peligrosa delplaneta por sus avalanchas.
“Me siento autorrealizada porque hago un decálogo de metas con estas experiencias que he tenido. Ahora las comparto en conferencias con otras personas”, dice.