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Dicen que infancia es destino y desde niño, José Casas Ruiz, mejor conocido como el Negro Casas, lo tuvo claro, no sólo quería ser luchador profesional, sino ser uno de los estelares, aquellos que llenan las arenas y permanecen vigentes... con los años y lo logró.
El extinto Toreo de Cuatro Caminos fue testigo de sus primeros destellos en el cuadrilátero. Corría la década de los 80 del siglo pasado y entre el público ya se escuchaba su nombre de batalla.
“Estoy pasando por muchos momentos que nunca imaginé vivir. Desde que era un niño siempre me dije: ‘voy a ser una estrella de la lucha libre mexicana’”, compartió el experimentado gladiador.
El Negro Casas celebrará en la Arena México cuatro décadas como luchador profesional y, a pesar de las lesiones, aseguró que se mantiene en forma.
“Indirectamente es un conteo, un ciclo, una época que se cierra, te entran el nervio y los temores, si no lo sabes asimilar piensas que ahí se va a terminar, pero no”, dijo a EL UNIVERSAL Deportes.
El Negro creció bajo el cobijo de la lucha libre. Su padre, Pepe Casas, siempre le inculcó a él y a sus hermanos (Felino y Heavy Metal), valores para sobresalir en el deporte de las llaves y las contrallaves.
Pasión, entrega y compromiso son virtudes que el mayor de la Dinastía Casas aprendió y ha mantenido durante cuatro décadas.
El Negro es poseedor de un carisma inigualable y una técnica depurada y en cada oportunidad que tiene, busca devolver algo a la gente: “Al pisar un ring me transformo, eso es lo que me da vida. Es una emoción que me cuesta mucho trabajo describir”.
Recordó que hubo un momento en su carrera “cuando no tenía los pies en la tierra, en que la fama me desajustó, pero luego maduré”. Esta noche, el Negro Casas celebrará 40 años como profesional con una lucha retro, en la que él eligió a los participantes, y se unirá a Atlantis y Blue Panther, para enfrentar a Octagón, Fuerza Guerrera y Solar, en la Arena México.