A sus 35 años, Lenia Ruvalcaba , la deportista mexicana especializada en judo adaptado, quien a pesar de su debilidad visual, ha tenido que enfrentar diversos retos como mujer, dice no visualizar su vida sin esta disciplina.
Y es que, si bien, su discapacidad, no ha sido el principal obstáculo para llegar a conseguir una medalla para México en competencias nacionales e internacionales, el ser mujer en alguno momento sí. Sin embargo, no ha permitido que ello le impida luchar cada día por el sueño que ha perseguido desde los 11 años.
Para la tapatía, tener astigmatismo y miopía, entre otros padecimientos oculares, o ser mujer, es el motivo para cada día ganar una batalla acompañada del Team Citi .
Por ello, en sus planes a largo plazo, el judo tiene cabida de diversas maneras como nos comparte en entrevista. Además de expresarnos cómo la pandemia llegó a cambiar su vida y la felicidad que siente por estar de regreso en los Paralímpicos .
El acercamiento se dio por mi hermano mayor; yo soy la menor de tres. A mi hermano Gerardo siempre le han gustado las artes marciales. Realicé un viaje a Yucatán y conocí a un entrenador que se llamaba Austin Cruz, en aquel momento estaba buscando niñas de mi edad; yo medía 1.68, ahora mido 1.73 cm. Ese viaje fue el gancho y es de mis primeros recuerdos. Estaba súper contenta y nervios. Conforme paso el tiempo me di cuenta que el judo era mi vida y pasión.
No la imagino sin ella, de no ser Judoca, no sé qué hubiera hecho. Hubo un tiempo que lo estuve combinando con la alberca olímpica y al final, dije: el judo es lo mío. Esta disciplina me ha hecho darme cuenta que la vida es de otra manera.
Todo. No me veo haciendo nada más. Sé que algún día voy a dejar de practicarlo, pero quiero seguir apoyando y fomentar el deporte dentro de los niños. Mientras se pueda, siempre habrá Judo.
En un principio fue difícil decirles a mis papás que tomaría este camino. Tuve que explicarles y entendieron afortunadamente. En Guadalajara vivía muy cerca de donde entrenaba y a veces lo hacía a las siete de la mañana sin problemas. Me di cuenta que era buena y llegaron a mi vida las personas correctas para explotar esa parte, darme el conocimiento necesario y llevarme a donde hoy estoy.
Mi primera competencia internacional fue en Estados Unidos, en juveniles, en deporte convencional. En esa competencia iba muy emocionada, al ser la segunda vez que salía del país. Tenía 15 años y fue muy gratificante recibir una medalla de plata. Era uno de mis sueños y lo cumplí. Eso me hizo enamorarme más y darme cuenta que sería para siempre.
Mi primera medalla fue por el año 2000, en un campeonato nacional. Quería ganar y el haberlo logrado fue muy significativo. Hay veces que se puede y otras que no, pero saber que todo depende del entrenamiento y amor que le pongas a la actividad, hace que sea más sencillo.
Tengo el apoyo de mi psicóloga. Hemos estado trabajando desde 2015, ella es Margarita Cerviño y me ha estado acompañando desde el año previo para las competencias en Río y todo este tiempo de pandemia. Ella ha estado para no dejarme caer y permitir que yo esté al cien en todos los aspectos. El tener la mente muy concentrada es uno de los factores principales.
Además, el representar a mí país y que todos vean que hay mexicanos que damos el corazón y somos unos guerreros, también es mi motivación. Obviamente mi familia y amigos que han estado estos 23 años siempre presentes.
Algunas temporadas tuve falta de apoyo y tuve que entrenar con personas que no aportaron mucho, no fue siempre, pero llegué a pasar por ello. Incluso, llegué a vivir un poco de machismo y sentirme limitada. Todos hemos pasado por eso, pero el luchar y querer dar medallas a México con o sin apoyo, es lo que me ha hecho avanzar.
Trabajar en equipo te enseña a respetar al otro y a crecer, sobre todo, te muestra la cordialidad. El sentirte parte de un equipo ayuda mental, física y emocionalmente.
Sin duda, le dio un plus a este proceso. Sentir el apoyo de una empresa tan grande ha sido de suma importancia para mí. Como atleta es una experiencia muy padre, el hecho de que me hayan buscado y fijado en mí.
se ha preocupado por reclutar a los mejores y a los que tienen posibilidades, es lo que los caracteriza como equipo. Me sorprendió que el Team Citi fuera el patrocinador de los juegos paralímpicos, cuando muchos sabemos que los patrocinadores se van por gente convencional y darme cuenta que solo nos patrocinaba a nosotros es especial. Es hermoso ver que hay empresas a las que les importa el deporte paralímpico.
Es una motivación para bien, los que estamos dentro del equipo no tenemos presión. Eso me ayudó mucho a tener un proceso mentalmente tranquilo.
Justo este año inicié una maestría en administración y gestión del deporte, en la Universidad Autónoma de Nuevo León y lo he hecho porque siento la necesidad de que haya más gestores deportivos. Una de mis metas es tener una escuela de deportes y trabajar con gente de escasos recursos para apoyarlos. Quiero que el judo llegue a más personas.
En un principio el tema de la pandemia fue complicado, me encontraba en uno de mis mejores momentos y el hecho de haber parado, fue un reto. Lograr mantenerme tranquila, sana y activa, no fue fácil, al final se logró. Afortunadamente hemos ido de menos a más, en los entrenamientos y resultados. Fue un aprendizaje y una prueba de fuego que se supo manejar.