Ese respetuoso saludo entre el legendario Tom Brady y Dak Prescott, después de la victoria de los Cowboys sobre los Buccaneers el lunes, significó algo más que la simple cortesía que exige la NFL. Fue una simbólica entrega de estafeta, por parte de la vieja guardia, a la nueva generación de quarterbacks.
Porque la ronda Divisional de los Play-offs dejará claro que el relevo ha comenzado a darse.
Ninguno de los ocho pasadores que siguen en competencia ha cumplido 30 años de edad, lo cual sólo había ocurrido una vez: 2004.
Prescott (29 años de edad) es el más “veterano”, mientras que Trevor Lawrence (Jaguars) y Brock Purdy (49ers) son los más jovenes, con 23 cada uno.
El promedio de edad de los ocho es de 25 años y 278 días, el más bajo desde que la Liga implantó la ronda Divisional (1970).
Y no es lo único poco común que se verá durante este fin de semana. La eliminación de Brady garantizó que, por primera vez en 13 años, ni el siete veces campeón de la NFL ni el talentoso Aaron Rodgers (Packers) participen en esta ronda, que estará tomada por un grupo de jóvenes al que encabeza Patrick Mahomes (Chiefs), único que ya se coronó.
Sólo él y Joe Burrow (Bengals) ya jugaron un Super Bowl. El resto busca su primer viaje al juego decisivo.
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