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La onda expansiva por la cancelación del partido de la NFL en México golpeó la credibilidad de los organizadores ante la Liga.
La NFL notificó ayer por la tarde que las condiciones del césped del Estadio Azteca presenta riesgos innecesarios para la seguridad de los jugadores, por lo que decidió mudar el partido entre Chiefs y Rams al Coliseum de Los Ángeles, inmuble del equipo local, que por reglamento debía estar disponible ante cualquier contingencia en los juegos internacionales.
“Nuestra principal preocupación siempre es la salud y la seguridad de nuestros jugadores, por eso tomamos la decisión de no jugar en México”, declaró a este medio Sean Sansiveri, vicepresidente de asuntos comerciales y legales de la Asociación de Jugadores.
Durante la mañana de ayer, el Azteca recibió la visita de personal de la Liga, que inspeccionó el campo junto a expertos tanto de los Rams como independientes, quienes consideraron que no cumple con los “estándares en cuanto a capacidad de juego”.
Los organizadores anunciarán los procedimientos de reembolso de boletos del partido en los próximos; por la calidad de los equipos, este partido es considerado el más importante de lo que va de la temporada al nombrarlo el Super Bowl LIII adelantado.
El encuentro entre Kansas City y Los Ángeles en el Coliseum ya no será transmitido por Televisa, empresa dueña del Azteca.