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ariel.velazquez@eluniversal.com.mx
Barranquilla.— Con 40 kilómetros en las piernas, bajo una temperatura de 30 grados centígrados, José Leyver pudo tomar la punta por primera vez en la competencia. Con el short y la camiseta mojados en su totalidad, el veracruzano fue escurriendo el sudor de cientos de horas de entrenamiento que ayer cobraron dividendos al conseguir la medalla de oro en marcha larga de los Juegos Centroamericano y del Caribe.
Leyva se impuso en los 50 kilómetros de Barranquilla ante los locales, acostumbrados a la humedad de la ciudad. El mexicano entendió la competencia. Dejó que los rivales marcaran el paso y esperó por su momento. A cada vuelta que daba sobre el malecón, vibraba con una sutil voz.
Su pequeña hija, de menos de cinco años, permaneció cuatro horas junto a la valla, viendo competir a su papá. “Cada que pasaba la veía y me decía ‘vamos papi, tu puedes, rebásalos, vamos’ me motivó mucho que estuviera conmigo”.
El veracruzano ya no entiende caminar sin su familia. Desde que acudió a los Juegos Olímpicos de Londres 2012, José viaja con ellos .A Barranquilla acudió con su esposa, su hija, suegro y cuñado.
Antes de las 6 de la mañana, la familia de Leyver ya estaba de pie. Con sombreros repelieron el sol barranquillero que prende el pavimento. “Sí, para ellos también es una prueba, porque no es fácil aguantar cuatro horas con este sol.
La verdad es que estoy agradecido con ellos, porque son mi motivación. Es complicado y a veces uno puede perder el enfoque, pero cuando ves a tu gente te salen fuerzas”. La familia de José lo ha acompañado a los Olímpicos de Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y campeonatos mundiales, en los que ha tratado de ser siempre protagonista para alegrar a los suyos.
Por momentos, los colombianos Jorge Ruiz (plata) y José Montaño (bronce) hicieron que el veracruzano pensara que el triunfo sería de ellos. El trabajo de equipo, puso en aprietos a Leyver Ojeda, quien se acordó que a un lado del circuito, también tenía a los suyos. “Los colombianos venían muy motivados ya que unas horas antes había ganado [Eider] Arévalo, pensé que en cierto momento ellos se podían levantar con el triunfo, pero gracias a Dios empecé atacar en la parte final y me pude levantar con la gloria”, expresó.
Sobre José no sólo pesaba el agotamiento —cuando decidió apretar el paso— sino también el hecho de que una hora antes, la marcha mexicana en 20 kilómetros, por primera vez en 42 años, no consiguió medalla. Andrés Olivas y Carlos Sánchez. “Uno trata de no pensar en ello, pero sí fue una mala noticia para mi deporte”.
Los últimos 10 kilómetros José Leyver los caminó con paso de campeón.