Prometieron una guerra en el ring y cumplieron. Pero era momento de definir quién era el mejor en esta trilogía. Así que treinta y seis rounds después, venció por decisión dividida a Román Chocolatito González , para confirmarse como campeón supermosca del Consejo Mundial de Boxeo .

Velocidad contra contundencia, con un resultado en las tarjetas de 114-114, 116-112 y 115-113, que coronó la noche más importante en la carrera del Gallo Estrada .

Round de estudio para arrancar la batalla. "Llévatelo round por round", le advertían al Gallo en su esquina, y arropado por la afición, el monarca volvió a la batalla.

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Su rival dio un paso adelante para acortar distancias, pero chocaba con el jab del mexicano que no lo dejaba acercarse, "No le dejemos esta pelea a los jueces", lanzaron en la esquina de González tras el segundo asalto.

Tercer round con un Chocolatito más caliente que logró cimbrar en un par de ocasiones al de Sonora, que sin achicarse regresaba tirando golpes, empezó el intercambio de metralla con mejor balance para el de Nicaragua . El combate crecía en intensidad.

Golpeando a la zonas blandas y peleando al contragolpe, Estrada mantuvo a raya a González , que no dejaba de intentar, de atacar y de poner en riesgo al campeón.

Quinto round en el que el Gallo volvió a lucir, sin poder, pero con una técnica perfecta para quitarse de encima al retador, quien al llegar a su esquina siguió castigado exigiéndole más intensidad.

Apurado, Román González intentaba empujar a Estrada contra las cuerdas, la zona que más le convenía para restarle espacio de salida al Gallo, quien respondía con buenas combinaciones arriba y abajo.

La mitad del duelo ya era historia y con la condición física a prueba, el reto para campeón y retador era imponer condiciones de cara a una posible decisión en las tarjetas.

La consistencia del Gallo ante la contundencia del Chocolatito , el choque tomó un nuevo aire con un ganador todavía en el aire. Entonces llegaron los momentos más difíciles para el reinado azteca, que sufría ante la ferocidad de González , cuatro capítulos restaban en Glendale, Arizona .

El Chocolatito no soltaba a su presa, un campeón en crisis que buscaba volver al centro del ring para sobrevivir al ataque del centroamericano. Llegaron los episodios de campeonato, y Alfredo Caballero, manager del mexicano fue claro: "Hemos perdido los últimos rounds, ya no nos podemos guardar".

Y el Gallo entendió el mensaje para emparejar las acciones en la agonía de la guerra. Era el momento de jugarse las últimas cartas en el asalto final. Llegó la decisión, y en el aire, la posibilidad de una cuarta pelea entre el mexicano y el nicaragüense.

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