edgar.luna@eluniversal.com.mx
El fracaso de los últimos años en Cruz Azul tendrá consecuencias, pero no en la dirección técnica, sino en puestos que pertenecen a la cúpula de la institución.
Claro está que Guillermo Álvarez, presidente de La Máquina, no se irá del club, pero sí quienes manejan la situación deportiva, directamente Eduardo de la Torre, quien funge como director deportivo en La Máquina.
Parece que el Yayo tiene los días contados, no sólo porque los resultados no se han conseguido, sino también, porque la relación con el entrenador Pedro Caixinha, según trascendió, se ha tensado.
Ya se manejan los nombres de quienes tomarían el cargo en el club cementero, pero todo se decidirá según el bando que gane, porque los altos mandos están divididos, en cuanto a preferencias para ocupar ese puesto, clave en el organigrama de la institución.
Una fuente allegada al Cruz Azul afirma a EL UNIVERSAL Deportes que Robin Álvarez, hijo de Billy y quien tiene gran influencia en el club, quiere a toda costa a Ricardo Peláez como nuevo director deportivo. Al mando del América, el ex goleador y hoy analista de la cadena ESPN, se convirtió en uno de los directivos más exitosos de los últimos tiempos, ganando dos títulos de Liga (Clausura 2013, con Miguel Herrera como director técnico, precisamente sobre el Cruz Azul en la serie definitiva) y del Apertura 2014 (con Antonio Mohamed al mando).
Además, estuvo al frente de la dirección deportiva de la Selección Nacional Mexicana en dos periodos (Copas del Mundo Corea del Sur-Japón 2002 y Brasil 2014), aunque en la segunda apareció como parte del combo que rescató al Tricolor en su camino a la XX edición del Mundial.
Aunado a esto, levantó en dos ocasiones la Liga de Campeones de la Concacaf con las Águilas, bajo el mando de otros dos directores técnicos diferentes: Gustavo Matosas e Ignacio Ambriz.
A pregunta expresa de
EL UNIVERSAL Deportes, Ricardo Peláez negó que haya contactos con la directiva cementera y sólo se limitó a decir que “se trata de rumores”.
Del otro lado de la batalla por elegir al nuevo director deportivo está Guillermo Álvarez, quien desea a alguien más identificado con el club: un ex jugador de la institución y, de preferencia, que haya dejado un legado.
El candidato natural es Carlos Hermosillo, pero está descartado por las claras diferencias con Billy, así que todo se reduce a dos ex futbolistas azules, quienes tienen experiencia en este tipo de puestos.
El primero es Carlos Barra, campeón con Cruz Azul en el Invierno 1997 y quien tiene experiencia como director técnico en Veracruz y Monterrey, así como auxiliar del Real Oviedo de la Segunda División de España, además de director deportivo de los Rayados.
El ex volante de contención es bien recordado en la institución, un futbolista serio y cumplidor.
El segundo es Joaquín Beltrán, quien jugó con La Máquina de 2007 a 2009, disputando dos series por el título de Liga, ambas perdidas (Clausura 2008, contra el Santos Laguna, y Apertura 2008, frente al Toluca).
Uno de los requisitos del nuevo director deportivo será continuar trabajando con Caixinha, quien tiene dos años de contrato aún, y —además— adaptarse a las costumbres que hay en el club, en donde todas las decisiones deben ser palomeadas por la presidencia antes de llevarlas a cabo.
Eduardo de la Torre llegó para esta segunda etapa como directivo en enero de 2017, ya cuando el español Francisco Jémez había sido nombrado como director técnico y con los refuerzos contratados.
Para el Apertura 2017, el ibérico continuó al frente del equipo y los refuerzos fueron: Jordan Silva, Edgar Méndez, Gerardo Flores y Felipe Mora. Para el Clausura 2018, Caixinha llegó a la dirección técnica del Cruz Azul y los jugadores que llegaron fueron: Carlos Fierro, Javier Salas, José Madueña y Carlos Peña. Ninguno ha funcionado, por lo que su puesto peligra.