Más Información
¿Qué sucedió en Cruz Azul que todo lo que parecía debidamente estructurado se fue a la basura?
Cuestión de sangre, cuestión de intereses.
Todo estaba bien armado. Guillermo Álvarez era el presidente y Ricardo Peláez el director deportivo con el poder “absoluto” sobre el equipo.
Todo fue una mentira.
Hoy, Guillermo Álvarez Cuevas, presidente del club y director general de la Cooperativa tuvo que doblar las manos ante las presiones de su hermano, Alfredo Álvarez y su cuñado Víctor Garcés, que han retomado el poder en el club, poder que perdieron durante muchos años.
Las especulaciones hablan de que los problemas legales que tiene Billy en la empresa, provocaron que tuviera que pedirle ayuda a sus familiares, a quienes los tenía muy tranquilos, muy escondiditos a la sombra, siendo parte de la cooperativa pero sin poder de decisión…
El último favor se lo hicieron apenas unas semanas, cuando un grupo disidente tomó las oficinas de Cruz Azul en Gran Sur, alegando tener el control y poder legal, Alfredo, conocido por su carácter explosivo y echado siempre para adelante, mandó a llamara a cooperativista que vinieron directamente de Jasso a hacer presión para liberar las oficinas…
Y con eso, el mayor de los Álvarez, había vuelto.
Ahora ¿qué sucedió en la reunión de hace algunas horas?
Simplemente que Billy no pudo contra Garcés y el Alfredo Álvarez. Estos últimos cedieron en el nombre de Robert Dante Siboldi como el nuevo técnico de Cruz Azul, pero a cambio pidieron sutilmente la cabeza de Ricardo Peláez, al decir abiertamente que él también debía ser evaluado. Peláez entendió el mensaje y antes de que le dijeran adiós, decidió salir por la puerta de enfrente.
Siboldi será presentado como técnico este día y Peláez dirá adiós, si es que lo dejan entrar. El poder absoluto de Billy ha terminado en Cruz Azul, el regreso de Víctor Garcés y Alfredo Álvarez habla de un salto para atrás en La Noria.
Seguramente regresarán viejas prácticas, tratos con promotores que se creían desenterrados, seguramente se contratará a un director deportivo a modo, que sólo sea pantalla, o mejor dicho un títere para que otras manos ejecuten.
Así están las cosas ahora en Cruz Azul.
