Cuando Sergio Almaguer se presentaba en un restaurante, con un dueño aficionado del Galatasaray, no pagaba. Si tenía antojo de otro menú, pero el propietario era seguidor de un rival, le negaban la entrada.
“Así son los turcos”, recordó la ex figura del Necaxa. “Son muy apasionados y fieles a sus tradiciones, incluso en el futbol”.
Con esa misma pasión dentro de los recintos del futbol, los seguidores lo viven en el día a día.
Como extranjero, Almaguer nunca sufrió alguna ofensa, pero sí una gran indiferencia por parte de los jugadores turcos.
El ex defensa trabajó horas extra para que lo reconocieran como uno más, sin importar el poco tiempo que estuvo.