Si has perdido la fe en la humanidad, tal vez el gesto de Diego Méntrida te ayude a recobrarla. El acto se dio el fin de semana pasado en la recta final del .

El joven triatleta iba en la disputa por el tercer puesto con el británico James Teagle , cuando éste se equivocó de camino en la recta final y hasta se estampó con las vallas que marcan el camino.

El español, quien iba detrás ya resignado con su cuarto sitio, se percató del descuido de Teagle y decidió detenerse en la meta para que pasara su rival, que en ese momento se convirtió en un amigo y el apretón de manos y agradecimiento lo confirmó.

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Al término de la prueba, Méntrida declaró: Al ver cómo él se equivocaba, inconscientemente me paré. Él se lo merecía. No debió de ver el desvío a meta. O no se lo señalizaron bien. No lo sé, el caso es que se lo merecía.

Al final, Méntrida obtuvo recompensa al tomarse una foto con su ídolo y primer lugar en el Triatlón de Santander , Gómez Noya. Además de los múltiples aplausos que se llevó de la afición por el honorable gesto de deportividad.

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