La expulsión de Rafael Carioca condicionó el partido de los Tigres que prácticamente jugaron a no perder a salir vivos de la guarida de los Lobos BUAP.
Empate a cero goles que no ayuda mucho a los felinos, pero sí a los poblanos, que mientras sumen se acercarán mucho más a la salvación, porque con la unidad que ganen, presionan a Veracruz, su principal rival en la tabla de cocientes. Tigres suma, pero no lo suficiente para acercarse a la parte alta de la tabla.
El inicio del campeón es demasiado lento. Lobos fue el equipo que pudo ganar. Después de la mala racha, de las derrotas seguidas, el equipo de Rafael Puente ha recuperado el orden, pero sin perder la agresividad que tanto pregona. No hubo puntería.
La defensa liderada por Hugo Ayala, que ha subido su nivel, hizo un gran trabajo y cuando fue superada apareció Nahuel Guzmán, ese portero de estilo ortodoxo que es una muralla cuando se lo propone y cuando no, puede hacer el oso más ridículo de la historia.
Los poblanos pudieron dar la campanada, pero también hay que dar mérito a los norteños, que supieron jugar a la defensa, y tuvieron llegadas como aquella de Eduardo Vargas, quien de media tijera casi clarea al portero Jorge Villalpando. Empate justo.
Empate a cero goles que no ayuda mucho a los felinos, pero sí a los poblanos, que mientras sumen se acercarán mucho más a la salvación, porque con la unidad que ganen, presionan a Veracruz, su principal rival en la tabla de cocientes. Tigres suma, pero no lo suficiente para acercarse a la parte alta de la tabla.
El inicio del campeón es demasiado lento. Lobos fue el equipo que pudo ganar. Después de la mala racha, de las derrotas seguidas, el equipo de Rafael Puente ha recuperado el orden, pero sin perder la agresividad que tanto pregona. No hubo puntería.
La defensa liderada por Hugo Ayala, que ha subido su nivel, hizo un gran trabajo y cuando fue superada apareció Nahuel Guzmán, ese portero de estilo ortodoxo que es una muralla cuando se lo propone y cuando no, puede hacer el oso más ridículo de la historia.
Los poblanos pudieron dar la campanada, pero también hay que dar mérito a los norteños, que supieron jugar a la defensa, y tuvieron llegadas como aquella de Eduardo Vargas, quien de media tijera casi clarea al portero Jorge Villalpando. Empate justo.