Se jugó en La Bombonera y la semana que viene le toca el turno al Monumental.
Nunca antes una final de la Copa Libertadores había generado tanto interés internacional como la que están protagonizando River Plate y Boca Juniors, hasta el punto que aficionados de todo el mundo tienen la atención puesta en el superclásico argentino.
Y fue a raíz de esta épica final que el periodista de la BBC Ciaran Varley se inspiró para compilar una lista sobre los estadios de fútbol más intimidantes del planeta, aquellos campos en los que da miedo de jugar o simplemente estar en una grada siendo del equipo visitante.
Este fue el resultado:
Es posible que no tenga un número de trofeos en sus vitrinas al nivel del Barcelona o el Real Madrid, pero sus aficionados hacen sentir su presencia en el campo como pocos en la Liga.
El estadio en sí, con una tribuna norte bastante pronunciada, crea la sensación de estar continuamente juzgando a los jugadores en la cancha, además de vértigo para los hinchas.
Los aficionados visitantes son colocados en el sección noreste de la grada y no es recomendable para personas que tienen fobia a las alturas.
Oficialmente conocido como el estadio Feijenoord, "el tubo" es el campo más estridente de Holanda gracias a su imponente y claustrofóbico diseño, similar al de una bañera.
Cada vez que el Ajax visita Rotterdam se produce un choque que trasciende el fútbol, entre la clase obrera de esta ciudad portuaria y la afición más aburguesada que se relaciona con el club de Amsterdam.
Acompañar a tu equipo en Italia en sus partidos de visita suele ser una verdadera demostración de fidelidad para los tifosi, pero ninguna experiencia le llega al nivel de lo se vive en el estadio San Paolo y los apasionados seguidores del Napoli.
Construido sobre una roca volcánica, este legendario campo se transformó gracias una nueva legión de seguidores animados por la llegada del argentino Diego Armando Maradona.
Pese a que el tiempo ha dejado su huella en sus gradas, hasta el punto que el presidente del Napoli, Aurelio De Laurentis, dijo que "francamente es un retrete", el San Paolo es uno de esos campos que no se pueden olvidar.
Para entender lo que significa un derbi entre el Galatasaray y el Fenerbahce en Turquía solo basta ver la pasión de los aficionados presenciando un entrenamiento antes del partido entre estos dos eternos rivales.
Es tal la devoción por sus colores que en ocasiones se cruzan los límites de lo deportivo, tanto en el campo, como fuera de él (tres jugadores fueron expulsados en el más reciente derbi en Estambul).
Una enorme pancarta suele recibir a los aficionados y jugadores visitantes con el mensaje de "Bienvenidos al infierno", con antorchas y bengalas encendidas de rojo y amarillas que generan una atmosfera especial.
"Nunca experimenté algo similar al Galatasaray", reconoció en su momento Ryan Giggs recordando una visita del Manchester United al viejo estadio Ali Sami Yen a mediados de los años 90 .
Pese a que ese campo fue demolido en 2011, su espíritu se mantiene vigente en el nuevo hogar del Galatasaray.
Más que por el aliento de su afición, lo que intimida de este histórico campo en La Paz es su ubicación a 3.600 metros sobre el nivel del mar.
La falta de oxígeno afecta tanto a los futbolistas como a los aficionados visitantes, hasta el punto de que hay selecciones que quedan completamente a merced de sus anfitriones, como le pasó a Argentina en 2009 cuando fue goleada 6-1.
La FIFA, presionada por la Albiceleste y Brasil, prohibió los partidos internacionales en campos situados a más de 2.500 metros sobre el nivel del mar en 2007, lo que produjo airadas protestas de la afición boliviana lideradas por el propio presidente del país, Evo Morales.
"No solo es una prohibición contra Bolivia, también lo es contra la universalidad del deporte".
El organismo rectificó su decisión.
El "Maracaná" europeo hace temblar a más de un jugador cuando se dirigen por el túnel de los vestuarios al campo, intimidados por el ensordecedor ruido que se genera desde las gradas.
Hogar del Estrella Roja desde 1963, el estadio cuenta con una pista de atletismo que separa los aficionados del campo, pero eso no impide que los futbolistas visitantes sientan una presencia constante a sus espaldas.
El estadio Alberto J. Armando es único en su diseño y concepción. Con una tribuna vertical y tres plateas que rodean el campo, los aficionados están literalmente encima de los jugadores.
Cuando los hinchas alientan a su amado Boca no solo tiemblan las gradas, también lo hace el suelo, generando un ambiente casi imposible de repetir en otro lugar del mundo.
Ni en el Monumental, escenario en el que River y Boca definirán al campeón de la Libertadores el próximo sábado 24.
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