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Se jugaban apenas seis minutos del duelo entre el Inter de Milán y la Lazio por la Copa de Italia. Hace 20 años. En el Inter jugaban tipos de la clase de Angelo Peruzzi en la portería. Laurent Blanc , Iván Córdoba y Christian Panucci en la defensa; Clarence Seedorf y Roberto Baggio en el medio campo. Adrian Mutu en la delantera.
Por la Lazio el portugués Fernando Couto comandaba la zaga; Diego Simeone se comía el medio campo mientras que Pavel Nedved ponía la clase. Todos ellos dirigidos por un tal Sven Goran Eriksson .
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Desde la banca del Inter , Ronaldo Nazario espera el momento de entrar. Venía de recuperarse de una larga lesión. Marcelo Lippi solo lo utilizaría si era verdaderamente necesario.
Al minuto 58, lo consideró así. Inter perdía 2-1, Nedved y Simeone le habían dado la vuelta al fin tempranero de Seedorf . El Fenómeno se puso en la línea de cambio y entró por un cansado Mutu.
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Y sucedió. No habían pasado más de siete minutos cuando el Fenómeno tomó la pelota para encarar a Couto , el único que se interponía entre él y la portería de la Lazio . La gente se emocionó, se puso de pie, gritaba enloquecida pero el grito que más se oyó fue el del brasileño.
Quiso hacer una bicicleta, una finta, puso el balón en su lado izquierdo pisó con fuerza con su pierna derecha el césped y de inmediato su rodilla se quebró. El jugador se fue el piso gritando, llorando, el juego se detuvo, compañeros y rivales se lamentaban.
Se rompió el tendón rotuliano. Lazio ganó aquella final. Un año después, Ronaldo Nazario de Lima volvió a las canchas, pero ya nunca fue lo mismo. Su capacidad le permitió formar parte de los Galácticos del Madrid, ser campeón del mundo del 2002 pero no era el mismo.
Se terminó su aventura Merengue, se fue al Milan y el terminó su carrera en el Corinthians ya con muchos problemas de peso. Pero la debacle del Fenómeno comenzó hace 20 años cuando quiso hacerle una finta a Fernando Couto y se rompió.