Más Información
Inai busca participar en elaboración de leyes secundarias de Transparencia; “queremos incidir en la nueva legislación", piden comisionados
Detención de “El Cholo Palacios” clave para esclarecer Caso Ayotzinapa, afirma Alejandro Encinas; testimonio podría revelar paradero de estudiantes
INE advierte riesgo en elecciones de ocho estados por falta de recursos; los más afectados son Yucatán, Guerrero y Zacatecas
“Don Neto”, exfundador del Cártel de Guadalajara solicita libertad anticipada; casi termina sentencia por el asesinato de Kiki Camarena
Sheinbaum supervisa avances de Pensión para Mujeres en Aguascalientes; “¡Bienvenida!“, dice gobernadora Teresa Jiménez
La noche en la Arena México era especial. No había máscaras o cabelleras en juego, tampoco luchas de campeonato, pero el motivo era más fuerte: rendir homenaje a Mr. Niebla , a un mes de haber perdido la vida.
Innumerables capuchas y pelucas del ‘ Apestoso Mayor ’ pintaron las gradas del viejo recinto; arriba, en el entarimado, amigos y rivales de Niebla se brindaron para ofrecer una noche redonda.
El Halcón Suriano empezó la fiesta portando una máscara fusionada con la del ídolo de la Pensil, e imitó un par de movimientos del mugroso que arrebataron sonrisas teñidas de nostalgia.
El Olímpico
, compadre y viejo aliado de Niebla, le puso sabor a la velada con un contagioso baile, tal como lo hacía su amigo y portó la incógnita con la que alguna vez fueron campeones de tercias.
La cita vivió uno de los momentos más emotivos, cuando Rey Bucanero y Shocker se enfundaron en sus antiguas tapas para recordar a su gran amigo y enemigo de esquina. Entonces, la idolatría invadió el inmueble, con gritos de ‘Shocker, Shocker’, quien más tarde se lo dedicó a Niebla.
Y fue Jaír Soria el elegido para protagonizar el famoso movimiento de Niebla y lanzar el escupitajo al cielo, con otra dedicatoria a su verdugo en vida.
Alan y Paulina, hijos de Niebla; Guadalupe, su hermana; Paulino , su padre y Mariela, su compañera de vida, atestiguaron el homenaje en el centro del ring poblado de un sonoro ‘Niebla, Niebla’ y una porra que estremeció cada rincón del inmueble.
Así fue el adiós definitivo de Mr. Niebla, en el lugar donde se consagró como luchador profesional y donde adquirió tintes de ídolo.