El Real Madrid mostró hoy la misma imagen triste que en el final del pasado año y apenas pasó del empate 2-2 ante el Celta de Vigo, que incluso desperdició un lanzamiento de penal.
El encuentro, correspondiente de la decimoctava jornada de la Liga española de futbol, fue una pesadilla para el equipo de Zinedine Zidane y se quedó a 16 puntos del Barcelona, el líder del torneo. Ya resulta una quimera pensar que el conjunto blanco pueda siquiera pelear por defender el título.
Real Madrid y Celta plantearon un partido al intercambio de golpes y asumiendo muchos riesgos en defensa. Algo que no le convino demasiado a un equipo como el de Zidane, que vive tan en el alambre y con tanta necesidad de triunfos.
El Celta se adelantó a los 33 minutos en una jugada que nació de un inexplicable desajuste defensivo del equipo visitante. Lo resolvió el danés Daniel Wass con un precioso remate por encima de Keylor Navas.
Al Real Madrid le ayudó la fulgurante aparición de Gareth Bale, quien dio la vuelta entre los minutos 36 y 39. Primero le asistió Toni Kroos y después fue Isco. En ambas ocasiones, Bale remató con enorme habilidad.
La segunda parte fue un progresivo desplome del Real Madrid. Si al comienzo pareció cerca de sentenciar ante un Celta asumiendo grandes riesgos, el paso de los minutos fue fatal para los blancos, que comenzaron a perder un balón detrás de otro.
El Celta pudo igualar a los 72 minutos en un penal que Navas le paró a Iago Aspas, quien erró el primer lanzamiento de su carrera en la máxima categoría del futbol español.
Pero tal situación no hizo mella en el conjunto gallego, que siguió persiguiendo un empate que mereció. Llegó a los 82 minutos, con el enésimo centro desde la banda de Marcelo y el certero remate de Maxi Gómez. Justo premio para el Celta y justo castigo para un Real Madrid cada día más más endeble.