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Debutar en la Copa del Mundo frente al campeón Alemania no es lo único que altera el sueño a Raúl Jiménez. De hecho, hay algo más preocupante para el delantero: saber dónde jugará la temporada 2018-19.
Pese a que todavía le restan dos años de contrato con el Benfica, es una realidad que el club portugués no está del todo satisfecho con el mexicano y el resto de los elementos de ofensiva que están en su plantilla. Para muestra, el fichaje del atacante chileno Nicolás Castillo, proveniente de los Pumas.
Es por eso que la directiva de las Águilas lusas contempla la posibilidad de negociar al medallista de oro en los Juegos Olímpicos Londres 2012, por lo que sería fundamental que tuviera una buena actuación durante Rusia 2018 para incrementar sus bonos de cara a los movimientos que habrá en el mercado, el próximo verano.
Hace casi tres años, el Benfica compró los derechos federativos del ariete mexicano al Atlético de Madrid en 26.4 millones de billetes verdes, por lo que le encantaría recuperar la inversión y ganar una cantidad similar.
Plan que luce no tan factible por la poca actividad del hidalguense en el club. Es cierto que ha marcado goles importantes y que pocas veces pasa desapercibido sobre el campo, pero apenas jugó 107 partidos e hizo 31 goles en tres campañas con el club (dentro de todas las competencias). Números que impiden ser atractivo para las directivas que sí cuentan con el presupuesto para adquirirlo.
Hay un par de mercados que sí lo tienen, pero ninguno atrae al futbolista por el momento: China y Estados Unidos. Hace un año y medio, el Tianjin Quanjian del país asiático puso sobre la mesa una oferta de 46.8 millones de dólares por el canterano del América, a quien propuso un salario anual de 11.7 millones de billetes verdes, pero Jiménez no aceptó.
Y de regresar a México ni hablar, el ex del América se sale del presupuesto de todos los equipos de nuestro país y por mucho.
Lo que explica la dificultad para hallarle equipo. La cúpula del Benfica parece resignada a no recibir más de 35 millones de dólares, cifra que aumenta considerablemente el panorama para el espigado delantero, ya que muchos más clubes europeos sí tienen la posibilidad de pagar esa cantidad, sobre todo algunos de Inglaterra, como el Everton y el Wolverhampton, que han sondeado la situación del mexicano.
Otro factor a considerar es la conexión de Jiménez con el representante portugués Jorge Mendes, uno de los más poderosos en el planeta, quien podría ayudarle a encontrar acomodo en otro conjunto del viejo continente, porque el panorama de Jiménez no luce sencillo, a menos de un mes de jugar la XXI Copa del Mundo.