Los Pumas carecieron de goles y méritos en el Olímpico Universitario. No hubo argumentos para estar en la siguiente fase de la Copa por México. Con su empate sin goles, frente al Toluca, sólo dieron lugar a una atractiva semifinal entre el América y el Guadalajara.

Desde el primer tiempo los auriazules decepcionaron. La intensidad del conjunto comandado por Miguel González Michel fue de mayor a menor a la hora de buscar mínimo el par de goles, vitales para dejar fuera de combate al América.

En lugar de eso, sólo siguieron acumulando tarjetas amarillas, confrontaciones verbales y uno que otro susto, como el de Andrés Iniestra, quien se llevó un fuerte golpe y por momentos se pensó en una lesión, pero el mediocampista sólo pasó un par de minutos tirado en el césped, para después regresar a la acción en un inútil esfuerzo por borrar la goliza de Cruz Azul (1-4) y el soso empate con las Águilas.

Por su parte, los Diablos Rojos de José Manuel de la Torre  jugaron a modo, a la espera del error ajeno y sin mayor esfuerzo de proponer, posiblemente para no arriesgar más de la cuenta en el cierre. A este escenario ya llegaban eliminados tras las derrotas ante América y Cruz Azul. La parte emotiva se dio en el segundo tiempo, con el relevo de Luis García por el expuma Alfredo Saldívar, mientras que Alfredo Talavera, ex de los mexiquenses, custodió la cabaña felina desde el inicio.

Pero ni el morbo de los guardametas evitó que el cotejo cayera en un absurdo, en una mitad más aburrida que la anterior, como una amenaza de lo que podrían exhibir en el Guardianes 2020.

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