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Hasta que dieron una. Pumas y Guadalajara hicieron valer la marca de “grande” que tienen y ofrecieron un buen partido que terminó con un justo empate a dos goles.
El marcador no afectará mucho la tabla de competencia, ambos equipos no cambiaron mucho sus posiciones en la tabla, a la espera de los otros juegos de la Fecha 16.
Pero el espectáculo que dieron ambos equipos, valió la pena.
Parece que todos los jugadores y hasta miembros del cuerpo técnico que no estuvieron en la banca del Guadalajara, fue un peso que el equipo se quitó de encima porque en el campo de juego, las Chivas se vieron como hace mucho tiempo no lo hacía, dinámicos, ligeros y efectivos.
Esas características fueron suficientes para iniciar el partido ganando gracias a un gran desborde de Isaá Brizuela coronado por Uriel Antuna (6’). Ni el gol hizo despertar a los Pumas, cansinos de inicio, pero aún comenzaron a arrimarse a la portería de Raúl Gudiño, dejando espacios que hacían sufrir a Alfredo Talavera.
Mas Pumas es malo en el juego aéreo, el central Nicolás Freire empató con remate con la cabeza (17’), tapando el mal inicio de juego que tenían.
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El juego se volvió de ida y vuelta. Los extremos fueron la llave para provocar llegadas. Vino otro centro y ahora el Guadalajara lo aprovechó con un buen testarazo de Jesús Molina (37’).
Guadalajara jugó mejor la primera parte. Alexis Vega falló una oportunidad clara; Jesús Angulo mandó el balón al poste y Antuna se perdió el segundo en su cuenta con una gran atajada de Talavera.
Pumas, más por músculo que por buen juego mandó en el campo, echó para atrás a Chivas y así llegó balón a la cabeza de Carlos González para empatar (78’).
A los 90’ Alan Mozo se fue expulsado, así que los últimos minutos fueron de sufrimiento universitario.
Pumas llegó a 29 puntos, se quedará por el momento entre los primeros cuatro de la tabla y Guadalajara entra por ahora entre los ocho mejores con 23 unidades.
