Fiesta auriazul en las inmediaciones del , mientras el Gobierno de la Ciudad de México batalla por no regresar al rojo en el semáforo epidemiológico por la pandemia de Covid-19.

Docenas de aficionados de los Pumas se presentaron en CU para recibir a los felinos, previo a la vuelta de los cuartos de final del Guardianes 2020, frente al Pachuca.

Los fanáticos, en mayoría miembros de La Rebel, cantaron, brincaron, aplaudieron y arrojaron tiras de papel, mientras el transporte del club intentaba ingresar al estacionamiento del recinto. Con tanto humo artificial —para darle colores en azul y oro—, el chofer batalló para entrar y no llevarse a un inocente con playera de los Pumas.

La ventaja en el marcador global es de 1-0 para los del Pedregal y la Ciudad de México rebasó los 200 mil casos por coronavirus (17 mil muertes), pero esos datos no evitaron la reunión por la mañana, que incluyó cerveza y mariguana en la vía pública universitaria.

El “Goya” se entonó por docenas de voces, la mayoría sin cubrebocas, y —por supuesto— sin distanciamiento social entre los presentes.

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Algunos, con bastante líquidos en su sistema, no aguantaron las ganas y se orinaron en paredes que rodean al recinto mundialista.

Jesús Martínez, presidente deportivo de los Pumas, fue el primero en llegar a Ciudad Universitaria y fue aplaudido por los fanáticos, mientras que el autobús del Pachuca pasó a lo lejos y todavía se llevó un par de mentadas de madre.

Poco más de una hora antes del silbatazo inicial, los seguidores auriazules abandonaron la zona y dejaron la basura colgada entre los árboles y tirada sobre la vía de los vehículos.

Se escuchó un último “¡Goya, Universidad!”.

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