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Pasión, sentimiento y... caos, la bienvenida de los aficionados a su Cruz Azul, campeón de la Copa MX.
La Máquina
ya llegó a la Ciudad de México, con el trofeo en las manos de Guillermo Allison y Julio César Domínguez , mientras cientos de seguidores intentaron —porque fracasaron— hacer un pasillo a sus ídolos.
Dos horas esperaron los fanáticos cementeros en la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional Ciudad de México. En lo que salían los futbolistas no faltaron los cánticos clásicos y trompetas al unísono.
Al ver a lo lejos a los campeones del certamen copero, todo se descontroló. La seguridad apenas y pudo escoltar a los primeros en salir, como Rafael Baca y los que cargaban el trofeo. Algunos les fue imposible avanzar y zigzaguearon su camión al autobús estacionado fuera del aeropuerto.
Los delanteros en el campo, Milton Caraglio y Martín Cauteruccio , esperaron atrás y evitaron a la multitud distraída. Fue hasta que Pedro Caixinha apareció que los aficionados casi lo atropellan.
“Es un gran recibimiento”, dijo el entrenador de Cruz Azul, al intentar esquivar a los medios de comunicación. “Estamos muy contentos”.
Todos querían la fotografía con el portugués, primer extranjero en conseguir la Copa con los cementeros. Los gritos de “¡Vamos por el doblete!”, “¡Gracias, Pedro!” y “A romperla contra Pumas ” provocaron sonrisas en el rostro serio del europeo.
Tanta fue la euforia de los seguidores, después de cuatro años sin título — Concacaf, 2014 — que la rampa de la estación de autobuses de la Terminal 2 quedó dañada y al personal de limpieza le tocó recoger los papeles distribuidos por los aficionados.
La Copa significó más que un trofeo más. Es la esperanza que la sequía de campeonatos en Liga por fin concluya este diciembre.