Tres años y medio se reducen a 90 minutos, dos tiempos de 45 en los que Cruz Azul se jugará el prestigio que le queda.
Si La Máquina le gana a Veracruz , estará en fase final después de seis torneos; si empata deberá esperar otros resultados, si pierde... Volverá a ser víctima de su propio destino, de su propio aura, de su propia historia.
Clasificar será un triunfo para los que intentan rescatar algo de lo perdido, que demasiado en tres años; para los demás, será apenas cumplir con la obligación de cada seis meses, que debe tener un club con la aureola de grande, pero que se esfuerza por autoflagelarse cada vez que tiene oportunidad.
Por eso la ilusión viaja en Metrobús, en la línea que corre de Indios Verdes a El Caminero o Doctor Gálvez... Los azules invaden los vagones con camisetas nuevas, viejas... Unas portando las ocho estrellas, otras sólo siete.
Se avientan, se empujan para entrar, desconocen la sangre hasta que su lugar en el transporte está asegurado, después de eso, hay reconocimiento total...Caras llenas de ilusión, salpicadas por un poco de nostalgia y resignación... Para ser cementero hay que aprender a sufrir, pero nunca a rendirse..
Por eso la ilusión viaja en Metrobús... Conforme pasan las estaciones y se acercan al destino "Ciudad de los deportes", los cuchicheos se convierten en charlas formales... "Ese Jémez sí vino a cambiar la cara del equipo"... "El 'Chaco' ya se debe retirar"... "Hoy 'moja' Cauteruccio"...
En la Nápoles el Metrobús se detiene... La angustia crece... Pero ellos están tranquilos... Han sufrido tres años y medio, más de seis torneos sin Liguilla.
Ahorita avanza el Metrobús... Falta una estación más.