Si cuando Pumas gana es complicado que los jugadores hablen, cuando pierden lo es mucho más. Evadir a la prensa comienza a convertirse en una práctica de los felinos.
Sin embargo, hay algo que complica más las cosas. La cúpula auriazul ha llamado la atención en varias ocasiones a jugadores por “hablar de más”. Alguna declaración fuera de lugar o incómoda, de inmediato prende las alarmas en El Pedregal.
Cuando los futbolistas están en disposición de regalar algunas palabras, se limitan porque “no los dejan” y temen alguna llamada de atención...
¿Y la libertad de expresión que pregona la UNAM ?